Cuando aprendes a escuchar la voz interior y a seguir el camino que te inspira el alma, la vida comienza a fluir con serenidad. Poco a poco, descubres que la paz no depende de lo externo, sino de tu disposición a actuar en armonía con lo divino. Tu corazón se abre al amor, tu mente se vuelve comprensiva, y reconoces que existen múltiples sendas hacia la misma verdad. Ya no sientes necesidad de imponer tus ideas, sino de vivir con coherencia y humildad. Tu ejemplo silencioso se convierte en enseñanza, y tu serenidad contagia a quienes te rodean. La verdadera transformación no surge de las palabras, sino de la vida que irradia luz y coherencia desde dentro. Vive en silencio, actúa con amor y deja que tu manera de ser hable por ti.
Fragmento del libro “La Voz Interior” de Eileen Caddy.
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